En el presente trabajo analizaremos el monólogo dicho por una Jackie Kennedy muerta, a partir de la propuesta de Barthes y su análisis del lenguaje de la moda (1985) en relación con la “mujer decorativa”. En escena se oye la voz de una mujer que fue pura forma, decoración, quien ahora se apropia de un lugar de enunciación que no tuvo en vida. Paralelamente, el texto ofrece un desplazamiento en la escritura de teatro. La dramaturga no se reconoce como tal “no sé nada de teatro. Escribo contra el teatro”. En una obra de fuerte carácter autorreflexivo “Jackie” cuestiona entonces a la vez la lengua de la moda (que normaliza y define cuerpos y haceres femeninos) y convenciones literarias, para reflexionar así sobre la figura de la mujer a través de la configuración de discursos.