Última modificación: 2018-02-04
Resumen
Narrar oblicuamente o narrar “por completo” son dos de las operatorias que han sido señaladas más frecuentemente para la literatura argentina que se propone concebir el último período dictatorial del país. No nos interesa sostener que se trata de operatorias de época ni que son mecánicas que recubren un texto por entero. No es necesario que esos textos (Piglia, Saer, Gamerro, Gusmán) sean exclusivamente oblicuos o que exclusivamente se dediquen a referir. Es más adecuado pensar que hablamos de operaciones, momentos de los textos. Y en un sentido más amplio, fragmentos de una textualidad mayor, el texto macro que conforman todos los textos que en conjunto conciben la época (incluyendo contradicciones, por supuesto). Este trabajo se dedica a una tercera operación. Una que se basa en el acuerdo sobre el hecho central que recorre y, por lo tanto, no busca referir lo que sucedió ni encontrarlo oblicuamente, sino que lo toma como punto de partida. En Villa, de Gusmán, y en El secreto y las voces, de Gamerro, se conoce el secreto. No operan preguntándose qué sucedió. Intentan concebir una persona o un colectivo que, sin necesariamente coincidir ideológicamente, participan o ejecutan las directivas militares (lo conocido). Un conjunto de discusiones diferentes toman entonces la escena: ¿qué es “participar” o “acompañar”? Si se piensa metonímicamente, y de acuerdo con lo que se entienda por acto, ¿quiénes participaron, toda la población? (En última instancia, acaso muy explícitamente: ¿fuimos todos?)