Última modificación: 2018-02-04
Resumen
Uno de los aspectos centrales que debemos considerar, si adoptamos una perspectiva que aspira a analizar el lenguaje en su contexto social de uso, es su variación inherente. Esta puede obedecer a diversos factores. Dentro del marco teórico que adoptamos, la Lingüística Sistémico Funcional (Halliday, 1978, 1985, 2002, 2004; Poynton 1990; Eggins 2004; Hasan, 2009), uno de los aspectos centrales de la variación sincrónica obedece a las opciones que los hablantes realizan en función de la situación inmediata en la que participan. La LSF denomina a este principio de interrelación entre los textos concretos y su contexto inmediato: adecuación en registro.
Esta perspectiva se enfrenta así a un doble problema teórico: por un lado formular una herramienta destinada a la descripción del contexto y, por otro, una gramática que dé cuenta de la realización de los factores contextuales en los textos concretos. La propuesta inicial de Halliday supone considerar el contexto en términos de tres dimensiones: el campo (que alude a la acción social que involucra el lenguaje en uso, es decir, qué se está haciendo); el tenor (que involucra las relaciones sociales entre los participantes) y el modo (que refiere al medio y al rol que el lenguaje desempeña en esa situación concreta). A partir de esta propuesta clásica, Hasan (1973, 1985, 1990, 2009) acuña la noción de configuración contextual (en adelante CC). La CC, en tanto constructo teórico, supone recortar aquellos aspectos del entorno situacional material significativos para el papel que juega el lenguaje en uso al servicio de una actividad social. Las CC variarán de acuerdo con los valores que asuman las tres variables contextuales (campo, tenor y modo).
De acuerdo con esta formulación, cada una de estas dimensiones contextuales se realizará concretamente en los textos, en una relación uno a uno, por medio de las tres funciones del lenguaje que se proyectan simultáneamente en la estructura de la cláusula:
• el campo tiene su realización textual por medio de la función ideativa, a partir de la cual los hablantes interpretan y organizan su experiencia del mundo, mediante el sistema de transitividad que incluye la expresión de los procesos (realizados por verbos) y sus roles inherentes. La cláusula importa como representación;
• el tenor se realiza por medio de la función interpersonal que permite establecer y mantener las relaciones sociales en términos de roles comunicativos, mediante el sistema de modo y la modalidad. La cláusula importa como intercambio;
• el modo se realiza a partir de la función textual que brinda los medios para crear mensajes o textos coherentes. Esto es: consecuentes consigo mismos y con el contexto de situación. El sistema de Tema/rema y el subsistema de Dado/nuevo dan cuenta de la organización de la información en la cláusula y, por lo tanto, del texto como unidad informativa.
Proponemos complementar la interpretación de la consistencia en registro a partir de considerar ciertos supuestos que ingresan al entorno cognitivo mutuo (Sperber y Wilson, 1985) constituido a medida que avanza una interacción y que, según entendemos, depende de la dimensión interpersonal del contexto: el tenor. Se da una relación de mutua determinación entre los supuestos que se activan y las opciones lingüísticas efectivamente realizadas. Hemos relevado que los supuestos que integran el entorno cognitivo mutuo son de naturaleza diversa –socio-cultural, interaccional y biográfica–, se activan aún antes de iniciado un intercambio y operan, además, sobre las opciones que el hablante realiza.
Trabajaremos, en esta oportunidad, con fragmentos de dos entrevistas radiales a fin de cumplir un doble objetivo: determinar cuál es la naturaleza de los distintos tipos de supuestos que se activan en estos intercambios y cuáles son los elementos contextuales y textuales que contribuyen a la activación de determinados supuestos y no otros. Supuestos que, a su vez, actúan sobre las opciones de realización lingüística en el proceso dinámico de constitución del texto.