Última modificación: 2018-02-04
Resumen
La valiosa productividad literaria del viaje emprendido por Lucio V. Mansilla entre marzo y abril de 1870 hacia las tolderías ranquelinas supone la existencia previa de una lectura profunda por parte del viajante sobre el territorio de los indios. La publicación del folletín que comienza al mes siguiente en el periódico La Tribuna es fruto, entonces, de la relectura que hizo Mansilla escritor sobre su experiencia como coronel en el cruce de la frontera que él mismo logró desplazar algunas leguas. El espacio que atraviesa y explora durante la excursión aparece a sus ojos marcado por una multiplicidad de signos que hacen referencia tanto a la barbarie como a la pretendida civilización. Mostrar la contaminación que produce el lado civilizado de la frontera sobre el dominio esencialmente salvaje del “otro” es una de las tantas formas con las que Mansilla define su propia posición política durante la narración. Así, el lado bárbaro que se pretendía maniqueamente escindido de la Nación Argentina, en Una excursión a los indios ranqueles aparece poblado por ciertos “indios argentinos” que viven en un espacio ya invadido y penetrado de manera radical por lo civilizado.
Más adelante retomaré el proyecto nacional que propone Mansilla con respecto a los indios, en relación a los procedimientos narrativos que construyen y entretejen el relato de sus experiencias durante la travesía. De entre la pluralidad de estos procedimientos narrativos utilizados para confeccionar el texto me interesa analizar la funcionalidad intratextual de dos de ellos: la digresión y la sentencia, herramientas imprescindibles para pensar el estilo de un narrador que es conocedor del carácter performativo de sus palabras sobre la opinión del público letrado al que se dirige.