Lope de Vega, en su período de madurez creadora, fue testigo de los festejos organizados para celebrar la boda del futuro rey Felipe IV. En ese momento escribió tres comedias que incluyen una síntesis fragmentada y secuencial de estos acontecimientos cruciales para el reino: el cambio de las princesas (Las dos estrellas trocadas y ramilletes de Madrid), el encuentro de los esposos en el Prado (La portuguesa y dicha del forastero) y la llegada de la princesa Isabel a la corte (Al pasar del arroyo). También refiere a estos hechos un poema que aparece en La vega del Parnaso, titulado “Versos a la primera fiesta del Palacio Nuevo”. En todos los textos se aborda y se utiliza de diferentes modos el caudal de conocimientos de la época relacionado con la Emblemática; de esta manera, el poeta retoma la tradición clásica pero con un sesgo particular –en íntima relación con sus percepciones culturales y socio-históricas– y la resignifica al impregnarla de nuevas connotaciones.