Los antagonismos entre ricos y pobres, el burgués y el proletario, el patrón y el obrero, en el marco del proyecto político y genérico de la literatura gauchesca del siglo XIX, remiten a otro tipo de entidades (o sujetos sociales, como este trabajo rebautizará, dentro de la dimensión ideológica confusa del fenómeno conocido como “bandolerismo”), la del inmigrante, la del campesino iletrado, a una “realidad criolla” que itinera de la gauchesca al folletín y sus sucesores, abriendo espacios de convergencia y disensiones motivadas por el único móvil de la industrialización del deseo en el Río de la Plata (Rosa, 2006): la ruta del hambre. El Gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro de José Hernández desembocan directamente en el proyecto modernizador del Estado que ocupó la segunda mitad del siglo XIX con eje en la polémica alrededor del capital de trabajo inmigratorio y el papel intervencionista del Estado Constitucional desde 1853. La gauchesca como esa ficción de “rehabilitación” e higienización del matrero nos permite indagar la figura del “hambre” (en el cuerpo textual) y abriendo un nuevo campo de tensión con la serie de la coyuntura política: los hijos de la Campaña y los hijos de la Ciudad.