Última modificación: 2018-02-04
Resumen
Desde que el VII Congreso de la Internacional Comunista impulsó, en 1935, la adopción de la estrategia del Frente Popular para combatir el avance del fascismo, el Partido Comunista Argentino se volcó a la tarea de estudiar detenidamente la historia nacional. El resultado, manifestado en una enorme cantidad de soportes (libros, revistas y conferencias) por sus voceros culturales (principalmente H. P. Agosti y R. Piuggrós) es la adopción de la matriz liberal de la historia argentina. Seguidores del trabajo de Ingenieros, los comunistas locales defendieron e hicieron propios los ideales de Mayo, revolución a la que concibieron como una superación de un estadío feudal de la economía y las ideas de la colonia.
Juan L. Ortiz, ligado al Partido Comunista, y en aquellos años a la ampliación de la sociabilidad comunista en la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores, internalizó esta concepción de la historia, que era también un modo de comprender el presente bajo el gobierno peronista (en términos rosaperonistas). La presencia de los ideales de Mayo en su obra, no estudiados nunca hasta ahora, es una marca persistente que ha dejado aquella concepción comunista en una de las obras poéticas más intensas de nuestra historia literaria.