Última modificación: 2018-02-06
Resumen
Desde su temprana clasificación como clase de palabra central en la estructura de la oración, el verbo se tipificó según criterios formales y semánticos. Así, la clásica dicotomía entre verbos transitivos e intransitivos hoy tiende a presentarse como una tricotomía entre verbos transitivos, inacusativos e inergativos, división que permitió diferenciar comportamientos estructurales e interpretativos que se manifiestan sistemáticamente en los distintos agrupamientos verbales. Asimismo, el verbo, típicamente considerado como una acción, fue objeto de distintas caracterizaciones nocionales por parte de la tradición gramatical y filosófica, aceptándose en la actualidad su conceptualización en un número limitado de clases semánticas básicas como acciones, procesos y estados, por señalar las más difundidas.
En la tradición de la gramática sistémico-funcional (en adelante, GSF), el verbo es el encargado prototípico de representar los procesos que se verifican dentro de la cláusula y que contribuyen a configurar, desde esta perspectiva, la (re)construcción semántica de la experiencia. Así, en la GSF se han propuesto seis tipos característicos de procesos: tres de ellos resultan básicos en su naturaleza semántica (materiales, mentales y relacionales), los otros tres se entienden como derivados de la conjunción de los valores semánticos de los primeros (conductuales, verbales y existenciales). Cada uno de estos tipos de procesos se expande en diferentes subtipos que, sin embargo, no responden a configuraciones semánticas homogéneas sino a conceptos nocionales más acordes con la tradición gramatical que con los postulados teóricos de la GSF.
Tomando tal perspectiva sobre los verbos, la enseñanza universitaria de la GSF suele derivar en el cuestionamiento de algunos de estos tipos y subtipos de procesos. Esto se puede relacionar teóricamente con la proyección unidireccional del plano del significado en el plano de la expresión léxico-gramatical previsto en el marco de la GSF. En esta ponencia pretendemos mostrar que las relaciones (composicionales) que se plantean en el nivel clausal también contribuyen a la interpretación semántica de la cláusula misma y, en consecuencia, correspondería plantear una relación bidireccional entre los planos semántico y léxico-gramatical. Así, afirmaremos que la selección léxico-gramatical presente en una cláusula no es neutral en términos de la configuración de los significados básicos de los verbos.