En los últimos años las discusiones en torno al Caribe han vuelto a ocupar parte de la agenda académica. La mayoría de la crítica coincide en señalar que constituye una región histórica aunque las discrepancias aumentan cuando tienen circunscribir sus límites geográficos y sus fronteras políticas. Diversos estudios consideran que el Caribe es una unidad de estudio y justifican su postura en las cuestiones históricas por las que atravesó la región: la larga experiencia colonial, las modernidades contradictorias generadas por la coexistencia de la esclavitud y el capitalismo y, también, por la circulación de administradores, religiosos, militares, viajeros, expatriados, estudiantes y refugiados. Estas páginas se enmarcan en la necesidad de investigar la construcción cultural del Caribe o, en otras palabras, la conformación conceptual del área como un espacio cultural con características propias (Quiñones 2006). A partir de esta problemática, analizaré cómo se configura el Caribe en el ensayo Ella escribía poscrítica (1995) de la escritora cubana Margarita Mateo Palmer. Para indagar cómo y desde dónde se conceptualiza la región, prestaré particular atención a dos ejes fundamentales: por un lado, a la construcción de las imágenes de la región caribeña, por otro, a cómo se concibe el género (sexual) como un problema central y desde el cual se configura esa imagen del Caribe. Una muestra explícita de la preocupación de esta investigadora por el tema es el hecho de que ya en 1990 publicara el ensayo Narrativa caribeña: reflexiones y pronósticos.