Eventos Académicos, V Congreso Internacional de Letras

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La biblioteca de Néstor Perlongher
Ignacio Iriarte

Última modificación: 2018-02-11

Resumen


Como es sabido, Néstor Perlongher propuso la palabra “neobarroso” para referirse a las características particulares que asume el neobarroco cuando llega a la zona cultural del Río de la Plata. El concepto funciona como un nombre para una forma de escritura que consiste en embarrar, enchastrar o literaturizar la lengua rioplatense, muy inclinada hacia el realismo, pero también al resto de los grandes momentos de la literatura latinoamericana. Cuando la crítica tomó el neobarroso para reflexionar sobre su obra, continuó viéndolo como un término específico que refiere a una operatoria de escritura. Esta perspectiva puede resumirse en los tempranos comentarios que Tamara Kamenzsain hace en el excelente epílogo de Chorreo de las iluminaciones:

Los poemas de Perlongher –escribe Kamenzsain– embarraron desde siempre el imaginario modernista. Mientras Darío trabajó la artificiosidad y el lujo de los materiales en descanso, Perlongher los acaparó para llevarlos a la rastra (terciopelo, lamé, hule, todos pisoteados) por las múltiples peregrinaciones que emprendió con su obra. (Perlongher 1997: 368)

Por supuesto, esta lectura del neobarroso como forma de embarrar las tradiciones consagradas de la literatura, tratando de manera a la vez admirada, paródica y disolvente a autores, géneros y núcleos importantes de las narrativas y las poéticas nacionales y latinoamericanas, constituye uno de los grandes aciertos críticos, y su cantera no se ha agotado, como lo demuestran los textos que siguen publicándose sobre la cuestión. Pero en este trabajo no quisiera ahondar en este tema, sino más bien describir el modo mediante el cual, con el neobarroso, Perlongher ensambla una biblioteca, es decir, elige como antecedentes una serie de autores, de manera tal que construye un pasado para hacerse un lugar en la literatura argentina y latinoamericana. Para pensar esta operación con los términos de Raymond Williams (1997), en sus ensayos el escritor selecciona una tradición, tomando como referencia al menos tres grandes bloques de la historia de la literatura: el Barroco del siglo XVII, el Neobarroco Cubano y los escritores que giran en torno de la revista Literal, dentro de los cuales recorta a su vez algunos autores, ideas y libros cuidadamente elegidos. En este sentido, con el neobarroso Perlongher construye un pasado que le permite sostener su palabra en el presente y lo hace tomando la parte por el todo, según esa forma de la metonimia que es la sinécdoque: toma una parte de las tradiciones literarias con las que se vincula (algunos autores, algunos libros, algunas ideas) y elabora a partir de ella interpretaciones de orden general.


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