El presente trabajo se propone analizar la figura del héroe en la novela Crónica de un iniciado (1991), de Abelardo Castillo, y sus estrategias narrativas.

Tal como sucede en muchos de sus cuentos, la novela tiene dos relatos: la narración de la historia (relato principal), o sea los dos días de la vida de Esteban, en Córdoba, en 1962, y la historia de esa narración, es decir, cómo se relata, cómo hace el héroe para ser “autor textual” y “narrador” de su propia fábula, y determinar el “lugar” desde el que observa, o sea, la focalización.

El personaje, protagonista, autor y narrador de su historia, emprende una “lucha” contra el lenguaje, “lucha” que es, desde la teoría barthesiana, escritura: el lugar donde se desbarata la arrogancia de la lengua. La tiranía de la lengua es el enemigo del escritor y su escritura la forma de liberarse de aquella. Para esto, acudimos a dos las figuras de lo anti-Neutro que plantea Barthes: la arrogancia y la afirmación. La naturaleza asertiva del lenguaje es una de sus arrogancias; la escritura es una “violencia del decir” y no una violencia del pensamiento: se trata de violar la frase en tanto se reconoce como frase, como lenguaje (Barthes 2004).