Última modificación: 2018-02-17
Resumen
A menudo los lectores especializados sitúan el rasgo distintivo de los relatos de Ocampo en la distancia que registran entre el estilo ingenuo de los narradores y la excepcionalidad o la crueldad de los sucesos narrados. La extrañeza de los cuentos deriva en este sentido de la elección de puntos de vista no convencionales: el de los niños (en muchos casos, “niños terribles”), el de los adolescentes, el de los adultos con “alguna deficiencia de ingenio” (Balderston 1983: 747) o el de seres “psíquicamente pertubados” (Tomassini 1995: 27). Se trata de una lectura que atribuye el foco narrativo a subjetividades anómalas pero reconocibles mientras soslaya con esa atribución el carácter primordialmente ambiguo de estas voces. Sin embargo, no hay distancia entre el decir y lo dicho que no provenga en estos relatos del naufragio de los voces en el mar turbulento de la infancia. Contar, se sabe, pone en juego lo neutro. Explorar las formas que esa neutralidad asume en tres cuentos antológicos de Ocampo es el propósito de estas notas.