Última modificación: 2018-02-17
Resumen
Este texto intenta una lectura de las metáforas de la vida en el poema La cautiva de Esteban Echeverría con miras a examinar el recorte estético-literario de los discursos científicos, políticos y jurídicos del siglo XIX.
En sus lecturas del Salón Literario en 1837, Echeverría repite una metáfora que es ya una apuesta por el fundamento racional de un país: “la creación de la vida”. De tal manera sonaban y trabajaban los discursos de la Generación del 37 que no hay metáfora más operativa en la época que vida: una imaginación política de la vida anima el crecimiento de una forma de civilización ahí donde civilización se alinea con los conceptos de belleza, razón y vida.
Si el pueblo manifiesta sus elementos naturales, las leyes no definen las marcas jurídicas sobre un cuerpo, porque el jurista no escribe las leyes, sólo traduce la imagen de la “armonía viva del organismo social” (Alberdi). Pero, ¿cuál es “esta lengua de las imágenes” sino la que resulta de la composición retórica de “organismos vivos”, “teorías de la vida de un pueblo” y “fenómenos” naturales?
Es precisamente en esa trama de imágenes de la “lucha por la vida” donde se organiza la escritura de leyes del organismo social, en una poética de la forma como organismo vital donde queda obliterado el proceso de la organización política y económica de los cuerpos biológicos y estéticos de una nación.