Adolfo Bioy Casares, en sus últimos años de vida, acrecentó la publicación de una zona particular de su obra: textos sobre su vida privada. Luego, póstumamente, legó un “plan general” de edición de sus textos privados. En ese plan – indica su albacea y editor Daniel Martino – es relevante atender que Bioy priorizó la revisión y el diseño de Borges (2006). Borges es una selección (1600 páginas) de sus papeles privados (17000 páginas). La selección está supeditada a aquellas partes del diario en las que aparece Borges; así, Borges se transforma en un criterio de demarcación, acaso un límite. Subdividido en apartados por cada año, estableciendo un pacto cronológico, el extenso volumen se presenta bajo las características de un diario íntimo. A la vez, la publicación es comercializada por la editorial Destino como una biografía de Borges. En sintonía, la crítica (Balderston, Catelli, Pauls, Villoro) ha leído el Borges como una obra atravesada por distintos géneros (diario, memoria, biografía, conversación). En diálogo y en debate, este trabajo examinará las figuraciones autobiográficas de Bioy en el Borges. Porque al hacer hablar a Borges, Bioy también habla con y desde Borges. En la conversación íntima de los dos amigos, se construye una sociabilidad intelectual, de trabajados compartidos (Bioy-Borges) y una subyacente construcción autobiográfica, de un Bioy en particular: en relación con Borges.

Teniendo en cuenta lo precedente, este trabajo abordará dos textos explícitamente señalados como autobiográficos por Bioy y su editor (Memorias (1994) y Descanso de caminantes (2001)) para establecer relaciones textuales entre estas autoconfiguraciones sobre (de) Bioy y las del Borges. Es decir, desde este punto, discriminar escenas, repeticiones y diferencias, para rodear e iluminar la matriz autobiográfica del Borges. Desde esta perspectiva, se reflexionará sobre el valor que el Borges tiene en la obra de Bioy, como proyecto editorial y autobiográfico.