Última modificación: 2018-01-27
Resumen
Tanto el estallido de la Revolución Cubana (Gilman, 2012) como el surgimiento de la nueva narrativa latinoamericana impactan en la crítica literaria continental e introducen una serie de transformaciones en sus objetivos y metodologías (Rufinelli, 1992). Una de las principales inflexiones registradas es la consideración de la literatura latinoamericana como nuevo objeto de estudio, tal como se puede leer en la praxis crítica de Ángel Rama, quien hacia la década de 1960 se dedica a analizar y difundir la producción más reciente de América Latina desde las páginas literarias del semanario uruguayo Marcha. Rama inicia desde 1959 una orientación que la publicación mantendrá firme durante años (Rocca, 1992). No obstante, aunque se suele considerar al crítico uruguayo un especialista en la literatura latinoamericana, la lectura detenida de sus textos revela que su producción crítica durante ese período excede estos límites y se vuelca en mayor medida a analizar obras de la contemporaneidad mundial y del ámbito rioplatense.
Esta situación torna relevante el análisis de un limitado corpus constituido por aquellos artículos que Rama dedica en Marcha a la narrativa latinoamericana (Blixen y Barros-Lémez, 1986). Su estudio permite reconstituir la emergencia de un nuevo programa crítico latinoamericano que, hacia la década de 1960, experimenta una aceleración situada entre la pulsión de la modernización de posguerra y el entusiasmo revolucionario emanado desde Cuba. Rama enuncia, en estas intervenciones, sus primeras reflexiones sobre la sociedad y la narrativa latinoamericana, algunas de las cuales pueden ser pensadas como las formulaciones más tempranas de nociones clásicas de su pensamiento crítico, tal como la transculturación narrativa.