La memoria adquiere un prestigio inédito en el siglo XX porque los actos de rememoración constituyeron antes que nada una forma de resistencia antitotalitaria a la guerra de la información librada en una primera instancia por los regímenes totalitarios. Ahora bien, como advierten Ricoeur (2004), LaCapra (2005), Todorov (2002), entre otros, los testimonios de supervivientes de experiencias límite resisten a la archivación, la explicación y la representación historiográfica. El trauma y sus secuelas sintomáticas plantean problemas acuciantes para la representación y la comprensión de la historia.

En la presente comunicación, analizaremos la articulación entre la novela de Laura Alcoba, La casa de los conejos, y el discurso testimonial así como los modos en que el texto ficcional problematiza y explora nuevos modos de representación de la experiencia. A partir de usos anteriores del lenguaje y de la apelación a una tradición que parecía haber perdido toda frescura, que la novela recobra una lengua literaria con la cual releer críticamente los años de terror estatal en Argentina. La remanencia de escrituras precedentes en La casa de los conejos, como se observa en el reestablecimiento de un pacto de lectura realista, en la reposición de un sentido teleológico, en la apelación explícita a la tradición literaria (el cuento policial clásico) a partir de referencias intertextuales o en la recuperación de ciertas oposiciones binarias en la configuración de las relaciones de coexistencia, no le impide, sin embargo, a la autora releer la experiencia de la última dictadura militar en una clave novedosa.