Última modificación: 2018-01-27
Resumen
Los templos y santuarios de la Roma antigua, dedicados a diversas divinidades, constituyen espacios públicos que cumplen determinadas funciones e imponen patrones de conducta a aquellos que desean visitarlos. Ejemplo de ello es el templo de Vesta, diosa representante del fuego y del hogar doméstico y caracterizada, entre otras cosas, por el mantenimiento de la castidad. Durante las grandes celebraciones de Vesta, su templo se abría para las madres de la ciudad pero nunca para los hombres, quienes tenían prohibido el acceso. Ni siquiera el Pontifex Maximus, figura de autoridad para flamines y vestales tenía permitida la entrada. No obstante, en Fast. 6. 417-60 Ovidio se dedica a las Vestalia y cuenta que, al suscitarse un incendio en el templo de Vesta, el pontífice máximo L.C. Metelo opta por ingresar a fin de impedir que las llamas se adueñen de la imagen de la diosa Minerva o Palladium, que había sido guardada allí. La actitud de Metelo es un acto transgresor ya que, más allá de las bondades de sus motivos, implica la violación de un espacio sagrado. De hecho, el episodio se desarrolla en un marco en donde se mezclan lo sacro y lo profano (6.440). A nuestro entender, Ovidio narra este episodio en clave erótica puesto que el vocabulario que utiliza admite interpretación sexual (ADAMS:1993; NEWLANDS:1995; LITTLEWOOD:2006), como si intentase dar a entender que entrar al templo equivale a violar a la diosa. Esto enfatiza la contradicción entre la iniciativa de Metelo y la prohibición de su ingreso al templo. No casualmente esta historia, repleta de ambigüedades, es traída a colación en un poema etiológico de asunto fundacional narrado en metro elegíaco, hecho que insiste en la ambigüedad del asunto. Así pues, intentaremos demostrar que el episodio de Ov. Fast. 6.417-60, narrado en términos eróticos, admite una lectura metaliteraria.