La contemporaneidad es contexto de incertidumbre, debemos pensar entonces, ¿Cómo convertir estas debilidades en fortalezas? ¿Cómo buscar optimismo en estados de pesadumbre? Seguramente hay múltiples caminos y que deben planearse abordando diferentes dimensiones tales como condiciones de trabajo, de formación, pero es necesario también detenernos e intervenir en la dimensión cultural de la propia profesión. Comprender que aprendemos a lo largo de toda la vida, y que esto no sólo les ocurre a nuestros alumnos, es la clave para el desarrollo profesional no sólo en formatos más tradicionales sino también y necesariamente en propuestas horizontales basadas en la reflexión y acompañamiento horizontal.

La Resolución CFE 30/2007 (Anexo I, punto 76) asigna gran importancia al planeamiento del sistema formador al considerar sus responsabilidades en la preparación de los agentes que se desempeñan en el sistema educativo: en su formación inicial para el ingreso a la docencia y en su formación a lo largo de la carrera profesional.

Desde nuestro punto de vista esto significa que la formación docente y el desarrollo profesional debe abordarse como formación de líderes pedagógicos.