Última modificación: 2018-01-07
Resumen
Cuestionar hoy la validez de la lectura como un hábito bueno en el aprendizaje sería irrisorio, pero entonces surge el planteo ¿cómo es posible que no hallemos ya esta práctica personal y gratificante como un hábito en nuestros alumnos del profesorado?
Desde aquí cabe una reflexión a esta situación y la propuesta de entender la lectura como un hábito que también se aprende en los profesorados. Cuestionar su falta de logro en los otros niveles educativos, no suma nada favorable al escenario en que hoy nos encontramos en los estudios superiores. Lo central es lograr una inclusión en la currícula que de suficiente lugar a una práctica sostenida y significativa que favorezca el cambio en los futuros maestros y los introduzca en el universo de la lectura para que desde allí puedan enseñar realmente a leer.
La naturalización de la escuela como ámbito de aprendizajes valiosos y significativos para la sociedad, es una característica que hoy define su lugar en ella. Durante mucho tiempo el hábito de la lectura y el maestro lector, también fueron presencias naturalmente esperadas e inherentes a la escuela ¿Podemos decir que hoy se sostiene esta naturalización? ¿Cómo podemos resignificarla?