Última modificación: 2018-01-07
Resumen
El trabajo propone un recorrido histórico y epistemológico del término “idiota” pretendiendo una analogía que exhorte a formadores docentes. Formar docentes hoy convoca más que nunca sumarse a un nuevo escenario político nacional y latinoamericano donde el cambio sea posible para una sociedad más justa y de mayor integración.
Argentina vive una etapa de transformación histórica, acompañada por países hermanos que tienden a profundizar la democracia e incluir a los expulsados por el neoliberalismo. Estos cambios deberían traer aparejado inexorablemente el acompañamiento de la educación. Ningún gobierno que pensó seriamente en cambios radicales, más allá de la valoración ideológica, descuidó la educación: Hitler no olvidó enseñar a odiar a los judíos en las escuelas, Guevara no olvidó entrenar a los jóvenes y al campesino para consolidar la revolución cubana, Perón puso en los libros de textos escolares el plan quinquenal entre otras prescripciones de contenidos con el propósito de sostener un modelo.
Formar docentes implica un compromiso ético. Formar sujetos comprometidos y sensibilizados con la humanidad. Ya no se trata de formar individuos sino de formar con otros y para otros. Donde el “derecho a la educación” nunca más sea remplazado por “servicio educativo”, donde “competencia” se signifique desde “solidaridad”.