Última modificación: 2019-07-19
Resumen
En el capítulo 1 de la Política, Aristóteles reflexiona acerca del concepto de naturaleza humana y la relación entre lo específicamente humano y la animalidad. Aristóteles define al hombre como animal político: desde el punto de vista del género el hombre es un animal, eso implica que debe satisfacer el mandato que lo obliga a procurar la subsistencia de su cuerpo físico a través de la comida, el abrigo, el descanso, la reproducción. Debe sobrevivir, se trata de una orden implícita que determina la animalidad. Sin embargo el hombre tiene la capacidad de reprimir la realización inmediata del mandato para organizar (mediante el logos) individual y colectivamente el instinto de supervivencia, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida e incluso ir más allá, superar el afán de satisfacción de las necesidades vitales para intentar alcanzar la sabiduría. En eso consiste la libertad, que es el fin último que determina lo específico de la naturaleza humana, a través de la deliberación por medio de la palabra, los hombres son capaces de autodeterminar su comportamiento, decidir cómo actuar, cómo se debe vivir, darse sus propias leyes e imponerlas por sobre el mandato de realización inmediata del instinto de supervivencia del cuerpo físico animal. De este modo Aristóteles plantea la existencia humana como una paradoja: el objetivo de la humanidad es negar su animalidad, en la medida que el hombre niega su animalidad lograr alcanzar el mayor grado de desarrollo posible en tanto hombre. Podríamos pensar que esta idea implica una autonegación que produce necesariamente el retorno hacia la animalidad. Proyectada en términos históricos, esta concepción acerca de la naturaleza humana lleva a considerar la posibilidad de que una vez alcanzada la forma política que haga posible la abolición de la servidumbre y el reconocimiento mutuo universal, es decir una vez alcanzado el nivel de desarrollo que permita a la humanidad participar de una libertad universal, en ese momento se consideraría realizado el fin último del hombre y esto implicaría la cancelación o autonegación completa de la humanidad como tal. De esta manera ha interpretado Alexander Kojéve la teoría de Hegel acerca del fin de la historia, interpretación que abordaremos en detalle durante la ponencia.