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A lo largo del siglo XIX, el vínculo entre la “pampa” y la nación argentina fue pensado en términos de un desierto que debía ser poblado en pos del progreso nacional. Ese desierto fue construido no sólo como una vasta área despoblada, sino también como asediada por lo bestial, asociado a la barbarie y el salvajismo. En este trabajo nos proponemos estudiar dicho vínculo recuperando ciertos diálogos entre los desarrollos de Domingo Faustino Sarmiento en Facundo, las Bases de Alberdi, y el discurso de asunción presidencial de Julio Argentino Roca, “Paz y administración”; junto a su relectura desde una obra fundamental perteneciente al siglo siguiente, la Radiografía de la Pampa, de Martínez Estrada. En el segundo volumen de La bestia y el soberano, Jacques Derrida refiere a la operación político-discursiva que constituye la construcción de un espacio como “desierto”. Allí, el filósofo analiza la novela Robinson Crusoe, de Willeam Dafoe, postulándola como obra literaria paradigmática del colonialismo inglés. La construcción de la isla a la cual arriba el naufragio como una isla “desierta” permitía al personaje principal legitimarse a sí mismo como “fundador”. Cuando el territorio “desierto” se revela como habitado, entonces Robinson se piensa como soberano, encontrándose él “solo frente a las bestias”. La tesis derridiana consiste en que tales construcciones, en primer lugar del espacio como “desierto”, y en segundo lugar del otro como “bestia”, operan como justificadores ideológicos de la colonización, que comienza ya desde el lenguaje. La lógica que se impone a través del mismo lenguaje es la que habilitará luego el sometimiento de la alteridad y el exterminio de los otros. Buscaremos entonces, desde esta perspectiva, proponer ciertas líneas para la reflexión sobre cómo ha funcionado la construcción de la pampa como “desierto” y de la bestialidad en la historia fundacional de la nación.

Desierto; Bestialidad; Pampa; Soberanía; Argentina