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La superioridad del hombre con respecto a las bestias, establecida por Dios e inaugurada por Adán en el Jardín del Edén, es un rasgo distintivo de la cultura occidental en lo que concierne a su relación con la naturaleza, que solo a partir de la segunda mitad del siglo XX comenzó a ponerse en entredicho. Por tanto, el hombre se sirvió de los animales, no solo a los fines prácticos, sino también como símbolos y signos. Prueba de esto es El Fisiólogo, texto griego escrito entre los siglos II y V que suma a una breve narración sobre una serie de animales reales e imaginarios, la exégesis cristiana.  Tuvo una amplia difusión en la Edad Media, tanto él como los Bestiarios a los que dio origen. Del conjunto de animales del cual tratan estos libros, este estudio se propone realizar el seguimiento de dos de ellos, el pelícano y el fénix, desde su inicial interpretación religiosa hasta su apropiación como símbolos por parte de la realeza y reflexionar acerca de la vinculación de las representaciones del poder político con la teología cristiana. El período histórico considerado será la Baja Edad Media y comienzos de la Edad Moderna, y el espacio geográfico particularmente el ámbito castellano, pero sin dejar de recurrir por ello a otros ejemplos europeos.

poder - símbolo - pelícano - fénix - Siglo XV - Siglo XVI