La novela distópica Cadáver exquisito (2017) de Agustina Bazterrica plantea un futuro donde la legalización del canibalismo surge como resultado de la muerte masiva de animales debido a un virus. La desaparición casi total de aquellos cuerpos que sostienen la división humano/animal ha motivado la modificación tecnológica y la producción masiva de "cabezas", cuerpos humanos fragmentados para convertirse en carne lista para su explotación. De esta forma, el matadero, que es el espacio en donde transcurre gran parte de la narración, se encarga de producir lo que Giorgi llama el "discurso de la especie", que opera aquí de forma inversa: la cuestión no pasa por producir un discurso que fabrique y legitime las diferencias entre especies, sino en marcar y segregar los cuerpos pertenecientes a la misma especie humana para, a partir de una reconfiguración que el mismo lenguaje opera, borrar el trazo de la violencia que marca dichos cuerpos. Nos proponemos realizar una lectura de la novela para analizar cómo la legalización del canibalismo y la desaparición de las especies no-humanas supone un reordenamiento de los cuerpos que afecta las formas de imaginar y distinguir lo propiamente humano de lo animal.