En el mundo utópico de Evgueni Zamiatin, las personas-número viven en un aparente estado de felicidad inquebrantable. En un escenario configurado por la ciencia ficción —una fusión con el género de la utopía hasta entonces inédito—, Nosotros contrapone un porvenir racional y científico, donde una filosofía matemática domina todos los aspectos de la vida, a una prehistoria salvaje y repudiable. El protagonista y escritor del relato que tiene lugar en este Estado Único del futuro terrestre, D-503, representa el ciudadano deshumanizado que ha perdido su individualidad humana en pos de funcionar como un engranaje de la maquinaria perfecta de este mundo igualitario.

Si bien en una primera instancia la utopía del Estado de Zamiatin se presenta como una solución insuperable a los problemas que desde siempre han aquejado a la humanidad, la abolición de todo aspecto animal y salvaje, tanto en el mundo circunscrito por el Muro Verde como en cada uno de los habitantes que han sido despojados de sus intuiciones más naturales, produce un viraje hacia el género distópico. Lo que muy rápidamente se percibe como una sátira del sistema post-revolución rusa de 1917 tiene su punto de partida en la des-animalización ficticia de la vida que, mientras más forzada y violentamente se impone, más inestable y defectuoso revela al Estado Único y su felicidad comunal obligatoria.