Última modificación: 2023-09-22
Resumen
El presente trabajo se propone indagar la forma en que los emperadores romanos de los siglos I y II se relacionaron con la cultura griega, a los efectos de ponderar los alcances del denominado “filohelenismo” imperial. Luego de la Batalla de Corinto en el 146 a. C., el territorio griego queda anexado definitivamente a los dominios de la República romana. La anexión, sin embargo, no modificó de manera sustancial la vida de las ciudades griegas, que, pese al nuevo control de Roma, siguieron gozando de cierto grado de autonomía política, en la medida en que se les permitió mantener los gobiernos locales en manos de sus elites. En el aspecto cultural, los escritores y filósofos griegos también siguieron desarrollando sus carreras: viajaban, se dedicaban a la enseñanza, exponían en público, por lo que muchas veces recibían aclamación. Esta situación ventajosa llegó a su consolidación con la pax del Imperio (Anderson: 1993). Pero también Roma sacará partido del desarrollo de las artes y de la intelectualidad griegas, pues utilizará dicha producción simbólica como un arma política de dominación. Horacio describe muy bien esta situación en los famosos versos “Graecia capta ferum uictorem cepit et artis / intulit agresti Latio.” (Ep. 2.1.156-7), donde da cuenta del prestigio cultural que la Grecia conquistada aporta a su conquistador.
En ese marco, nos proponemos el estudio de fuentes históricas y biográficas latinas de los siglos I y II d. C., que proporcionan información sobre la influencia de la cultura griega en los emperadores romanos, teniendo en cuenta sus amistades griegas, sus gustos literarios, sus estudios y formación, y los viajes realizados. De manera particular intentaremos ahondar en la forma en que las fuentes contemporáneas representan la tendencia de los emperadores a defender y propiciar la cultura griega, atendiendo por un lado a las implicancias identitarias del fenómeno y, por otro, a sus implicancias políticas. De manera general se planteará la pregunta acerca de la posibilidad de interpretar lo estudiado como un proceso de aculturación inversa.