Clemens Ruthner delimita el segundo apogeo de la literatura fantástica en lengua alemana en la primera mitad del siglo XX (Ruthner, 2006: 7s.), renacimiento que confluye con la crisis o el cuestionamiento de un concepto unívoco de identidad individual y sexual, colectiva, social o nacional, o la identificación “objetiva” de lo real, su constitución y delimitación, su percepción y expresión, más allá de un sujeto, amenazado en su propia existencia en tanto individuo indiviso. En la poética fantástica de Alexander Lernet-Holenia, resalta un recurso fantástico recursivo: la duplicidad confluyente del Zwischenraum (Ruthner, 1999: 177) o Dazwischen (Eicher/Gruber, 1999: 9; Berg, 1992: 186s.); ámbito intermedio entre sueño y realidad, más allá de la vida y más acá de la muerte, pero que, asimismo, según interpreta Ruthner, se conecta con la época de Entreguerras (Ruthner, 1999: 189) y Posguerra. La manifestación de este espacio-tiempo intermedio, umbral entre dos mundos, se manifiesta simbólica y objetivamente en una configuración dual, donde la identidad de lo real es puesta en entredicho en la masa como espectro y en la representación del individuo fantasmático.

Así, el problema de la identidad disgregada se manifiesta en la representación del espacio que define la construcción narrativa. En Der Graf Luna (1955), ese espacio intermedio entre la vida y la muerte es el ámbito de las catacumbas, en donde finaliza la novela; Unterwelt que sirve de entrada al Totenwelt de la Polonia familiar, y de los antepasados. Aquí, la cuestión identitaria se encuentra en la interpretación como desvío y desvarío, en el límite entre lo racional y lo irracional, desde las perspectivas del personaje, el informe oficial sobre el caso de la desaparición de Jessierski y sus actos criminales, y la narración no confiable (Martínez/Scheffel, 2009: 100).

En Der Graf Luna, catacumbas y genealogías se representan en términos iconográficamente paralelos y se configuran como “mapas de la dispersión identitaria”, que establecen el desvío espaciotemporal como recorrido narrativo. Las desviaciones del origen se exponen en la encrucijada entre mito e historia, en términos de la historia familiar y nacional, a partir de los árboles genealógicos arraigados en el ámbito imperial. Además de estas formas de cuestionamiento identitario colectivo e individual, a partir de la historia familiar y la nacional superpuestas, el conflicto identitario central del texto se traspone y objetiva en la duplicación entre el protagonista y el antagonista, Luna, y se puede esquematizar en el esquema triádico de la persecución- huida- confrontación.