Última modificación: 2023-10-04
Resumen
Amos Oz afirma que el judaísmo no es una línea de sangre, sino de texto. Lo que le permite al pueblo su supervivencia en un ámbito hostil es la construcción comunitaria de una cierta narrativa que sostiene y aloja determinadas prácticas significantes que constituyen una identidad común. Es decir: la genealogía judía se constituye a partir de una biblioteca oral y escrita que se transmite de generación en generación.
Este ejercicio de la memoria fue particularmente importante en la diáspora en los países eslavos luego de la Revolución de Octubre. A pesar de que la colectividad judía era vista con recelo y en ocasiones perseguida, muchos escritores judíos eslavos tuvieron un importante impacto en la literatura y usaron la palabra como espacio de desterritorialización.
Este trabajo se propone analizar de qué manera Isaak Bábel, Osip Mandelstam y Nadezda Mandelstam instauraron prácticas literarias de resistencia a partir de este lugar de enunciación de identidad judía, y cómo en estas prácticas la oralidad ocupó un lugar central.