En ciertos momentos históricos o movimientos culturales surge el nombre de un protagonista cuya identidad se relaciona estrechamente con el suceso. Se produce una asociación indisoluble y la persona en cuestión es identificada con ese acontecimiento, de esta manera,  surgen pares inquebrantables como, por ejemplo: Picasso y el cubismo, Oliverio Girondo y las vanguardias de nuestro país a principios de siglo XX, Martí y la independencia de Cuba. Esta relación de identidad también la encontramos en la figura de Vladimir Maiakovski quien fue canonizado como el poeta de la Revolución Rusa. Si bien el autor de La chinche adhirió a la revolución y fue un protagonista de esos momentos, esta identificación deja en tinieblas la dinámica  de una situación que dista de ser una simple asociación y que tuvo vaivenes desde la entrega hasta cierto cuestionamiento sobre el rumbo que tomaban los acontecimientos.