Liev Natánovich Lunts (1901-1924), miembro de los “Hermanos de Serapión”, amigo de V. Kaverin, discípulo de E. Zamiatin, protegido de M. Gorki, gozó de cierta popularidad en su breve carrera de escritor (varias de sus obras fueron publicadas e incluso traducidas aún en vida), pero fue prontamente olvidado tras su muerte. Tanto sus artículos (en “¿Por qué somos los ‘Hermanos de Serapión’?” sostiene que el grupo literario no está con los comunistas ni contra ellos, sino “con el ermitaño Serapión”) como su obra literaria, donde se aprecia una mirada crítica hacia ciertas tendencias que observaba en la sociedad postrevolucionaria (en especial en “Fuera de la ley”, duramente censurada por A. Lunacharski), le granjearon severas críticas de orden ideológico, por parte del Proletkult primero y, ya tras su muerte, en los años ‘30, de parte de la Unión de Escritores Soviéticos, en su rol de vocera de la estética oficial del realismo socialista.

A partir de ese momento el legado de Lunts prácticamente desaparece de la historia literaria rusa y sus escritos solo vuelven a ver la luz con la glásnost. Sin embargo, su obra, aunque breve, es de capital importancia para comprender el desarrollo de la distopía como género literario en la URSS: La ciudad de la verdad (publicada en Berlín en 1924, tras la muerte de su autor) constituye, de hecho, el primer drama distópico y, en general, uno de los primeros exponentes del género distópico en la literatura rusa –recordemos que Nosotros de Zamiatin había sido publicada apenas cuatro años antes. Entonces, en esta ponencia pretendemos, en primer lugar, ubicar la obra de Lunts en su contexto de producción y recepción y, en segundo lugar, realizar una lectura de La ciudad de la verdad rastreando sus vínculos con otras distopías de comienzos del siglo XX y resaltando su importancia en el desarrollo del género.