Última modificación: 2021-08-23
Resumen
El sello de los escritos utópicos es su fuerte impronta política. Nacen de la imaginería de una sociedad otra, más perfecta en contraste a aquella desde la cual se escribe. Cada utopía es el sueño sociológico de una organización política, económica y cultural perfectamente diseñada; es el sueño totalitario de reescribir el destino social hacia una verdadera felicidad. Sin embargo, la importancia radical de las utopías no reside en esa potencia anhelante de un futuro distinto sino en la capacidad crítica que ellas albergan. Todo perfeccionamiento en la sociedad imaginada nace de una sintomatología precisa de un mal que corroe las organizaciones humanas. En este sentido es interesante observar que todas las utopías se preguntan sobre el trabajo, sobre cómo debe organizarse, e incluso quién ha de realizar los distintos trabajos. Ciertas utopías disponen de una organización provechosa e igual en todos los hombres, de reducidas horas de trabajo, en otras, el humano se exime por completo de éste. Ya sea por medio de animales o máquinas el trabajo siempre se transfiere a entidades no-humanas.
En sus obras de ciencia ficción, La guerra de las salamandras y RUR, Karel Čapek indaga sobre esta cuestión de la transferencia, y no supresión, del trabajo. Si bien el fin es que los hombres dejen de trabajar, el trabajo continúa y las relaciones de opresión que generan desencadenan realidades distópicas que desembocan en el fin de la humanidad. Dada la formación filosófica del autor y sus creencias políticas, leer estas dos obras a la luz de esta cuestión nos permitirá bosquejar una postura filosófica entorno al trabajo.