Última modificación: 2021-08-12
Resumen
La utopía como género literario ha sido modificada y reflejada desde diversos formatos y objetivos. La literatura utópica se comprende desde su articulación con otros géneros, con otras formas y diseños. Por momentos, la utopía literaria la encontramos habitualmente relacionada a la ciencia ficción, pero también a los contextos históricos cercanos a la producción de estos textos. La utopía como tipo de fuente literaria, se combina con los factores sociales de las épocas que estas producciones enfrentan. Sin embargo, estas producciones no siempre se enfrentaron fácilmente a su ámbito social contemporáneo. Este género posee una característica atractiva y esencial: hablar del futuro desde un presente narrativo. La utopía eslava enfrentó múltiples contextos históricos conflictivos, generando refugios en producciones literarias.
Entre tanto reinicio literario, tanta modificación de los estándares políticos y sociales, la imposibilidad de escribir parecía una clara debilidad en la cultura rusa durante el siglo XIX y XX. Sin embargo, la utopía de escribir como horizonte literario, como objetivo social, pudo ser sorteada y, en el presente, contamos con varias obras literarias que se posicionan desde lo impensable, lo inmutable en la literatura. Los conflictos político-sociales no impidieron generar un panorama utópico en la literatura, una producción de lo imposible. La memoria femenina fue una de las fuentes escritas que, a través del panorama utópico histórico, crearon un nuevo mundo posible. Una invención femenina de un lenguaje que marcó e invirtió el mutismo histórico.
Las crónicas de Evgenia Ginzburg y Svetlana Alexiévich, Vértigo y La guerra no tiene rostro de mujer, y los poemas o escritos de Marina Tsvetaeva y Anna Ajmátova, revelaron la parte histórica vedada, la de las guerras, revoluciones y persecuciones políticas. Autoras que no aceptaron las órdenes imperantes de silenciamiento e inmovilidad y fomentaron el cambio y encuentros innovadores con una nueva literatura, una que reflejó otro lugar de la historia, un enfrentamiento con su contexto político. Un escrito impensado, una literatura utópica.
Los escritos de estas mujeres lograron posicionarse en un futuro, en un más allá que rechazó su presente inviable para generar obras de poder. Las duras pruebas de vida de las autoras generaron un tinte trágico y valiente en su lírica, una sonoridad trágica que enalteció sus mundos interiores. En sus líricas, las voces ahogadas por las torturas, lejos de inmutarlas, provocaron el efecto contrario, una narración de la experiencia del momento, de la visión de sus mundos.