La expulsión de los judíos de los reinos españoles decretada en marzo de 1492 debe ser analizada en clave científica y de largo plazo, sin la cual un análisis sobre la misma quedaría necesariamente limitado. No debe ser entendida como un caso de fanatismo religioso de los Reyes Católicos o de la Iglesia ni como una reacción nobiliaria ante el supuesto desarrollo capitalista de las comunidades. Si bien la lucha de clases y la transformación de las relaciones sociales feudales jugaron un rol central en el proceso previo a la expulsión, ésta debe ser entendida como un paso necesario de la consolidación del Estado Moderno en el marco de la transformación del feudalismo producto de la Crisis del Siglo XIV, proceso que se contradecía con la propia existencia de estas comunidades por sus características sociales y políticas, que también serán analizadas en este trabajo.