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En el contexto del debate neorrealista, el mito pavesiano puede leerse como una reacción frente al compromiso político que pretenden intelectuales tales como Elio Vittorini. En términos de Italo Calvino, Pavese se configura como aquel que sabe que debe permanecer al margen y leer la historia que viven los demás, con los ojos metahistóricos del poeta intelectual. A lo largo de la última novela de Pavese, la línea histórica –que refiere a la lucha partisana y al posterior establecimiento de una lábil democracia– y la línea de lo mítico se entrelazan en un equilibrio entre modulación poética y novela realista, entre memoria y realidad. Este trabajo se propone analizar cómo se entrelazan y operan los signos de la historia y los signos del mito, a partir del nexo de la figura del ritual: tanto el del fuego como el de la luna son del orden de lo mítico y al mismo tiempo organizar la vida histórica, ligada al plano de lo real. En una colina que está fuera del tiempo la guerra opera como el elemento que irrumpe en la inmutabilidad cíclica y armoniosa que rige en La luna e i falò. Frente al contexto del compromiso político de la posguerra, la novela de Pavese puede leerse en términos de problematización de la exigencia por explicar el presente histórico, del cual la cultura tiene que ocuparse, como pide Elio Vittorini, mediante el regreso a los orígenes, de manera tal de relevar el sustrato mítico-simbólico que subyace, en tanto se trata de símbolos perennes al destino humano. De este modo, este trabajo se propone, en la lectura del entrecruzamiento entre lo histórico-político y lo mítico, optar por la ambivalencia: de la fogata como muerte y fertilidad a la vez, de la historia como muerte, retorno a la tierra y renovación.