Las representaciones sociales y los usos políticos del género epistolar, en concreto, del género de la carta abierta, adquieren prestigio histórico a partir de una tradición de intelectualidad que desde el siglo XIX consagró a este tipo textual como el instrumento preferido de intervención sobre la esfera pública. Este prestigio otorga legitimación a la producción e incrementa la fuerza persuasiva de los argumentos. Entre 2008 y 2019, el colectivo de intelectuales Espacio Carta Abierta se constituyó como actor social y desplegó su rol político cultural a partir de una serie de textos denominados cartas. El fenómeno Carta Abierta puede abordarse a la luz de la teoría del posicionamiento y de los estudios del lenguaje con el objeto de analizar las proyecciones que éstas suscitan como intervenciones públicas. En esta presentación me propongo trabajar con algunas hipótesis sobre la carta abierta como género, y establecer características y descripciones de índole general (cuáles son sus estrategias discursivas y operaciones semiológicas, qué actores, dispositivos e instituciones intervienen, qué afectividades y saberes lo legitiman o vuelven aceptable). Escritas por un grupo de intelectuales, pueden pensarse como el producto de un proceso complejo, en el cual la escritura es fuente de transformación. Presentadas como construcciones colectivas, pueden estudiarse en su carácter intersubjetivo: no sólo se dirigen a un público múltiple, sino que la responsabilidad del emisor es colectiva. El documento en este contexto constituye la estructuración textual y simbólica de una comunidad de sujetos que buscan actuar de manera conjunta.