En su ensayo sobre la fotografía, «Le public moderne et la photographie» Baudelaire retoma el documento que el 3 de julio de 1839 François Arago presenta sobre el daguerrotipo en la Cámara de diputados en París. Al criticar la invención, Baudelaire se opone a las ideas que Arago adjudica a la fotografía y que resultan contrarias a su concepción del arte: la fotografía como progreso, como verdad y como objeto comercial. Si como señala François Brunet en Photography and Literature durante sus primeros años la fotografía está condicionada por la escritura, el ensayo de Baudelaire crea un espacio de reflexión sobre la fotografía. En este sentido, en la encrucijada de la fotografía y la literatura en la Modernidad, se profundizará en la idea de la invención como emblema de la República que instala Arago y a la cual se opone Baudelaire.