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El uso de personificaciones o figuras alegóricas es una constante en el teatro de Miguel de Cervantes, desde sus primeros dramas a la colección de Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados (1615). A través de los distintos aspectos de la personificación, Cervantes traza en la Numancia un recorrido de caída y ascenso en el que las figuras alegóricas jugarán un rol clave, convirtiendo el sacrificio numantino en un eslabón necesario para llegar al presente glorioso de la Monarquía Hispánica de fines del siglo XVI. Sin embargo, en estos discursos podemos observar ambigüedades que, sumadas a la posibilidad de ver en el violento expansionismo romano un reflejo de las acciones españolas en la guerra de Flandes, posibilitan establecer un vínculo rico y complejo entre historia, arte y su contexto de composición y de representación.

Numancia; Cervantes; teatro; alegoría; personificación