Las revoluciones burguesas de la Edad Media que se iniciaron a mediados del siglo XI fueron interpretadas de manera muy diversa por los historiadores. En esta contribución se hace una reseña crítica de los estudios existentes sobre el tema. El autor muestra cómo se pasó, de otorgarles un lugar central en los orígenes del mundo moderno, a restarles importancia. A partir de ese balance, propone una nueva valoración y nuevas perspectivas de estudio del fenómeno, en parte, surgidas del rescate de autores poco recordados, y en parte, de una investigación en curso. Esta contribución tiene un carácter fundamentalmente historiográfico, complementado por referencias a algunas fuentes primarias.