La Guerra de Malvinas (1982) representa un punto de quiebre en la historia de la Argentina. Aún después de 37 años, formular una lectura histórica orgánica de la guerra resulta conflictivo. El teatro se manifiesta en la posguerra argentina como constructo memorialista (Vezzetti, 2002), valioso debido a su potencial para activar los trabajos de la memoria (Jelin, 2002). En este panorama, Museo Miguel Ángel Boezzio (1998), de Federico León, ocupa un lugar central en nuestra investigación. Esto se debe a que articula teatro, testimonio, conferencia y museo para construir una representación crítica particular de la guerra y sus efectos. La presente ponencia propone un primer acercamiento a la micropoética para pensar de qué maneras León construye un dispositivo escénico de estímulo. Así, la obra constituye una poética de la inquietud, que busca generar interrogantes en el espectador como forma de revitalizar las tensiones entre historia, memoria y ficción.