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Dimensión ejemplar, corporal y milagrosa en la aventura femenina del Libro del caballero Zifar y El caballero Pláçidas
Última modificación: 2021-02-23
Resumen
Así como ocurre con El caballero Pláçidas, que funciona como subtexto religioso del Libro del caballero Zifar, la aventura zifariana tiene la forma de una peregrinación. Lo que Shirley Liffen llama “el arquetipo del hombre probado por el destino” (1995: 2) se extiende a la familia de ambos héroes, quienes a través de un viaje marcado por un sufrimiento que hace las veces de prueba van a encontrar la ascesis, ya sea en el plano terrenal con la restauración del linaje regio en el caso del Zifar, ya sea con la salvación del alma en desmedro del cuerpo terrenal en el caso del martirio de Pláçidas y los suyos.
En este breve trabajo quiero detenerme en las aventuras de Teóspita y Grima, las esposas de Pláçidas y Zifar, respectivamente. Considero que la aventura femenina separada en ambas obras responde a una impronta ejemplarizante común. Aunque no es de mi interés establecer tipologías rígidas y esencialistas respecto a una aventura femenina frente a una masculina en el corpus a tratar, creo que es válido hablar de ámbitos experienciales distintos para cada género en los textos. La dimensión de la experiencia es particularmente importante para un tipo de literatura que se pensaba como vivida y de la que el lector esperaba extraer provecho y no solo entretenimiento. Los itinerarios de Grima y Teóspita en los textos aparecen marcados por pruebas relacionadas con la castidad, en este sentido el cuerpo adquiere importancia y se vuelve central en la aventura de las dos mujeres. La aventura femenina en ambas historias aparece también fuertemente ligada a lo milagroso, elemento que permite la progresión de la aventura y que en el caso particular de Grima funciona como elemento legitimador y fuente de autoridad femenina.
También me interesa analizar las digresiones y modificaciones de la aventura de Grima respecto a la de Teóspita en el paso de la hagiografía al romance. Mientras la aventura de Teóspita concluye con el martirio y la canonización propios de las vidas de santos, el viaje de Grima tiene que ver con el ascenso social y las obligaciones estamentales en el mundo secular.
En este breve trabajo quiero detenerme en las aventuras de Teóspita y Grima, las esposas de Pláçidas y Zifar, respectivamente. Considero que la aventura femenina separada en ambas obras responde a una impronta ejemplarizante común. Aunque no es de mi interés establecer tipologías rígidas y esencialistas respecto a una aventura femenina frente a una masculina en el corpus a tratar, creo que es válido hablar de ámbitos experienciales distintos para cada género en los textos. La dimensión de la experiencia es particularmente importante para un tipo de literatura que se pensaba como vivida y de la que el lector esperaba extraer provecho y no solo entretenimiento. Los itinerarios de Grima y Teóspita en los textos aparecen marcados por pruebas relacionadas con la castidad, en este sentido el cuerpo adquiere importancia y se vuelve central en la aventura de las dos mujeres. La aventura femenina en ambas historias aparece también fuertemente ligada a lo milagroso, elemento que permite la progresión de la aventura y que en el caso particular de Grima funciona como elemento legitimador y fuente de autoridad femenina.
También me interesa analizar las digresiones y modificaciones de la aventura de Grima respecto a la de Teóspita en el paso de la hagiografía al romance. Mientras la aventura de Teóspita concluye con el martirio y la canonización propios de las vidas de santos, el viaje de Grima tiene que ver con el ascenso social y las obligaciones estamentales en el mundo secular.
Palabras clave
Zifar; aventura femenina; hagiografía; cuerpo; milagro
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