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En el presente trabajo nos proponemos analizar las diferentes maneras en que se representa la actividad de escritura en Hablar solos (2012), de Andrés Neuman, a partir del vínculo que entabla con el tratamiento del espacio, la enfermedad, el viaje y la traducción, cuya presencia estructura la obra. Dichas instancias encuentran en la problemática de la frontera, con sus distintas significaciones, alcances e implicancias, un punto de convergencia que constituye el enclave de la novela. En primer lugar, la localización en un territorio ambiguo, de límites imprecisos, que fusiona a un tiempo distintas geografías, puede ser leída de manera paralela a la construcción de una imagen de escritor transatlántico, tal como se prefigura en la anterior novela del autor, Una vez Argentina (2003, 2014), con la que comparte además el tema de la invención ficcional como legado y herencia intergeneracional. En segundo lugar, situándose también en un espacio intermedio, y por momentos antitético, entre los términos vida y muerte, infancia y vejez, la enfermedad se presenta como una condición, una consecuencia y un correlato de la escritura y, en términos más generales, de la creación literaria.

escritura; espacio transatlántico; frontera