Durante los numerosos e intensos años de la década pasada, las calles y puentes de la ciudad de Londres no dejaron de actualizar con cierta regularidad los fantasmas de un flujo que desafía los dispositivos de vigilancia estatales. El prehistórico cuchillo y el vehículo inadvertido devienen profundidad y estallido, respectivamente, en los cuerpos de los anónimos transeúntes, extendiéndose el terror como un acontecimiento infinito que irrumpe en las vidas de la realidad social. La población se comienza a desgranar en una serie de innumerables individuos a los que se intenta capturar a través de la reactivación -pero también de la construcción- de un conjunto histórico de anomalías que darían cuenta de las marcas del mal absoluto, en este caso, la amenaza terrorista. Este trabajo se propone, en este sentido, presentar un primer avance de investigación sobre la construcción histórica de ese fantasma en una literatura que comprende recortes de diarios, carteles del subte y otras ficciones que se leen al pasar.