Última modificación: 2018-11-27
Resumen
Martha Greiner (Rosario, 1940) es una artista con un extenso y meritorio recorrido en el campo de las artes plásticas de nuestra ciudad. Ha protagonizado experiencias clave del arte de nuestra región, entre las que cabe destacar su actuación en el grupo de vanguardia de Rosario en los años 60, su opción por los lenguajes representativos realistas de finales de los 70 y principios de los 80, las construcciones plurimatéricas –coincidentes con la vuelta de la democracia en el país– y las experiencias multisensoriales junto a Carlos Lucchese a principios del 2000. Asimismo, en el presente, sus proposiciones plástico-auditivas. Su itinerario revela a una creadora inquieta, atenta a las señales de su tiempo y sensible al espacio socio-cultural que la rodea y atraviesa. Sin embargo es una productora cuya figura y cuya obra ha sido escasamente estudiada y valorada por la historiografía canónica del arte de Rosario, al igual que la mayoría de las artistas mujeres de nuestra ciudad. Si bien Greiner, no se autoafirma feminista, pensamos que es a través de su experiencia personal y vital, vigente en sus obras, que textualiza las marcas de lo femenino para corroer las nociones homogéneas y hegemónicas de identidad que han sido impuestas por el sistema patriarcal. En ese sentido, para comprender su itinerario artístico, recuperamos la proclama Lo personal es político esgrimida por el movimiento feminista de la década del setenta y ochenta que propone el despertar de la conciencia, es decir, el método de usar la propia experiencia para formular análisis político. En razón de lo expuesto proponemos pensar sus producciones atendiendo a lo femenino como inscripción, a la experiencia sensorial y emotiva, al carácter procesual de sus prácticas y a la insumisión y tensión con el canon de su poética, siempre en diálogo con el espacio sociocultural. Pensamos que el abordaje con perspectiva de género de la figura y la obra de Martha Greiner, posibilita atender seriamente a los modos en que el género interviene y resulta configurador de la vida toda.