El trabajo que aquí presentamos aborda la experiencia asociativa llevada adelante en la ciudad de Rosario a partir de la década de los años veinte. La Asociación de Ex Alumnas “Ana María Benito” nació con eje en la participación de las mujeres egresadas de la Escuela Normal de Maestras Nº 2 y su fin fue consolidar un espacio de sociabilidad entre las jóvenes maestras rosarinas. La Asociación suscribió una serie de objetivos de amplio alcance que giraban en torno a su fuerte pertenencia institucional. Se buscaba estrechar vínculos con instituciones culturales de la ciudad, favorecer lazos de solidaridad con diversos organismos sociales, apuntalar un fuerte sentimiento de pertenencia y construir una identidad propia. Estas prácticas estuvieron atravesadas por aspectos de género y de clase, dado que las jóvenes que egresaban se veían compelidas a salir al ámbito laboral para buscar su inserción como docentes, a diferencia de la otra escuela normal de la ciudad.

El sentido político pedagógico de la enseñanza fue uno de los ejes en torno a los cuales se movían las discusiones de la Asociación. Las jóvenes maestras discutían sobre la función social de la escuela y la necesidad de ofrecer una enseñanza basada en vínculos horizontales, impregnados de amor, a los niños y las niñas de la ciudad. Uno de los pilares presentes en la declaración de propósitos de la Asociación fue ofrecer el apoyo integral al proyecto de Escuela al Aire Libre, fundada por sus compañeras una década atrás. Su objetivo era educar a niños y niñas no escolarizados de los márgenes de la ciudad, y convocaba diariamente a las jóvenes maestras de la Asociación, que impartían sus enseñanzas en las instalaciones del hipódromo local.

Una de las preocupaciones de la Asociación giraba en torno a la difusión de la cultura, y dedicó sus esfuerzos a abrir las puertas de la escuela al pueblo rosarino, convocando a representantes del ámbito del arte en sus más amplias dimensiones, escritoras y escritores, referentes de la educación y de la música, como así también a personajes del orbe políticos de nivel local, nacional e internacional.

Conocer esta experiencia asociativa puede ayudarnos a comprender cómo se fueron organizando las maestras en la ciudad, apuntalando una identidad propia que buscó nuclearse y sostenerse en el tiempo, abriéndose paso en la comunidad rosarina a partir de los años veinte del siglo pasado y perdurando hasta el tiempo presente.