Última modificación: 2018-11-27
Resumen
El presente trabajo es el resultado de una investigación realizada a comienzos de 2017 entre cantantes e instrumentistas latinoamericanas que han debido emigrar a España. No ha interesado indagar acerca de las modalidades de empleo y autoempleo musicales generadas hacia adentro y hacia afuera de las comunidades migrantes y las relaciones que se establecen a través del trabajo musical. Detectar el trabajo musical de inmigrantes latinoamericanos/as en espacios públicos urbanos e indagar la relación que este tipo de autoempleo tiene con su propio status de migrante y si se corresponde o no con una situación de desocupación.
Sujet@s de un período muy extendido de formación, el/la trabajador/a de la música no ve, sin embargo, traducidos sus esfuerzos en su propia inclusión en un mercado laboral que le aporte cierta estabilidad en un campo signado por la desigualdad, aún más que otros y donde, mientras las “estrellas” se llevan honorarios millonarios, en la base de la pirámide hay quien basa su actividad en la que Nathalie Heinich llama “economía de inversión”. En este contexto el cuentapropismo es la forma más extendida de trabajo rentado, siempre y cuando el acceso a la formación académica no haya posibilitado el acceso a la docencia, solución muchas veces frustrante.
En investigaciones anteriores hemos podido advertir la particular relación establecida por los y las profesionales de la música con su propio trabajo en cuanto tales. Cabe aquí, a la manera Becker, mencionar que, si bien el sentido común profesional concibe el trabajo musical como la ejecución instrumental (el canto o al dirección orquestal y coral entran en este campo), los trabajos musicales son múltiples. En las últimas décadas, además se le han agregado aquellos oficios que tienen que ver con la tecnología como el de “sonidista” y el de Disc Jockey (DJ) que, a partir de lo ya estudiado, sólo rozan el campo semántico del término “músico” y más bien son vistos (en el caso del sonidista) como “auxiliares” a quienes se puede echar la culpa de lo que “salió mal”.