El movimiento musical denominado “Rock argentino” surgido durante la década del 60 del siglo XX, nace con la contradicción de anteponer, ya en su denominación, la tensión entre su origen foráneo y la necesidad de enlazar esos patrones con valores y cánones estéticos locales. Como afirma Alabarces: “(…) la calificación de nacional desde perspectivas esencialistas, parece una herejía: el rock es un invento anglosajón. (1992: 23). Por su parte, Vila (1987) establece como particularidad, una diferencia entre la emisión y la recepción de este género musical. A la hora de las mixturas que lo conforma pueden encontrarse una “multiplicidad de estilos”: el rock and roll del 50, blues, pop, rock sinfónico, punk, jazz, reggae, ska, música clásica, folk norteamericano, heavy metal, canción de protesta, bossa nova, tango y folklore. Mientras que, a la hora de la recepción, esa mezcla se resignifica para ser percibida “como una unidad identificada como rock”. (1987: 23-29).

Fruto de esos derroteros es que se observa en su etapa fundacional (1965-1970) la figuración de esa tensión en la superficie discursiva de sus primeros registros, tanto en los aspectos líricos, como en los estrictamente musicales y en sus tópicos. A partir de las herramientas teórico metodológicas propuestas por la Teoría de la Enunciación, el Análisis de los Discursos Sociales y la Semiótica musical, nos proponemos dar cuenta de algunas de las formas en que se realiza esa figuración en el discurso musical. Para ello recortamos un corpus de los primeros registros discográficos de tres bandas consideradas fundacionales: Los Gatos, Almendra y Manal.