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Promediando la década del 2000, circuló con insistencia la idea de una creciente presencia de la ética en las prácticas artísticas contemporáneas. Teóricos, críticos y curadores de diferentes nacionalidades y desde diversos enfoques teóricos hicieron públicas sus posiciones al respecto. Entre ellos, Jacques Rancière, Cuauhtémoc Medina y Claire Bishop hicieron referencia a este “giro ético” del arte. A través de un análisis somero, puede corroborarse esta presencia de la ética tanto en las declaraciones de artistas como en las reflexiones de la crítica de arte sobre sus obras. Con el objetivo de observar este fenómeno, he trabajado en la construcción y el análisis de un corpus referido a casos particulares.  Nicola Costantino es una artista rosarina reconocida a nivel internacional, cuya obra ha sido objeto de numerosos cuestionamientos. En este artículo me propongo analizar un corpus de textos críticos referidos a dos obras de la artista: Savon de corps (2004) y Eva-Argentina. Una metáfora contemporánea (2013) a partir de dos problemas centrales: ¿Qué tipo de valoraciones realiza la crítica de arte respecto de los procedimientos empleados por la artista? y ¿Qué figura de artista construye y prescribe la crítica de arte a través de esas valoraciones? Estos dos casos exhiben funcionamientos diferentes, pero en ambos es posible observar la “presencia de la ética”. En el caso de la obra Savon de corps, los cuestionamientos se dirigen a la banalización de la historia del Holocausto; mientras que en Eva-Argentina, las críticas hacen referencia a la intervención del Estado en la obra, que formaba parte del envío argentino a la Bienal de Venecia. En la escritura crítica está latente una tensión: la de la posibilidad de un arte (y un artista) crítico y “comprometido” frente a un arte dependiente del mercado (y el Estado).

arte contemporáneo; crítica de arte; ética