Tamaño de fuente: 

El cine se ha alimentado de esa inmensa matriz que constituye la mitología clásica desde sus mismos comienzos. No sólo los mitos han constituido una fuente de relatos, resignificados una y otra vez en distintos contextos, sino que también la tragedia, como género dramático fundacional -en especial a partir de su relectura aristotélica-, sentó las bases para una infinidad de trabajos tanto analíticos como normativos de guión y estructura dramática. El cine, a su vez, ha servido como vehículo para una circulación masiva del mito, alimentando su pervivencia en el imaginario colectivo. De los muchos mitos que las tragedias han cristalizado, el mito de Antígona, con la Antígona de Sófocles como su versión más conocida, ha sido uno de los más revisitados. En este trabajo, partiremos de una de sus últimas relecturas cinematográficas: Antígona despierta (Lupe Pérez García, España, 2014), una película que borronea los siempre permeables límites entre el documental y la ficción, experimentando con un formato híbrido en que éstos se vuelven prácticamente indiferenciables. Y es que no necesariamente los mitos clásicos deben ser revisitados desde las formas clásicas del cine. Antígona despierta retoma el mito de Antígona desde la provincia de Huesca, pero no para llevar a cabo una adaptación española de la historia sino, más bien, para explorar cómo las matrices significantes del mito pueden atravesar distintos tiempos y espacios, y ver qué es capaz de provocar éste en el cruce con un territorio y unos personajes que, a priori, le son ajenos. Acompañando ese espíritu experimental, el objetivo de este trabajo será, entonces, pensar el modo en que un cine híbrido se apropia de un mito clásico, así como las posibilidades de construcción de sentido que esto abre en un cine contemporáneo que se aleja del clasicismo para constituirse como un laboratorio en el que el mito funciona como catalizador de preocupaciones -formales, sociales, históricas- contemporáneas.

documental/ficción; transposición; mito; Antígona