Augusto Roa Bastos, novelista paraguayo, escribió para El Correo de la UNESCO (agosto de 1977) un provocador artículo titulado “Paraguay, una isla rodeada de tierra”; aquel texto partía de la idea de que “en el panorama general de la cultura hispanoamericana, el Paraguay ha sido siempre una tierra poco menos que desconocida”. Las razones de este “hacerse invisibles” o “ser invisibilizados” tienen una base tanto cultural como geopolíticas, donde son parte de las “razones” tanto los Pueblos Guaraníes como las Reducciones Jesuitas, los Revolucionarios Comuneros, la Emancipación Latinoamérica, las Guerras Fratricidas, el Genocidio, las Dictaduras o la Lucha por la Tierra. En este entramado, entre los años 1954 y 1989, el General Alfredo Stroeesner fusionó al poder militar con el económico y el partidario para instaurar y consolidar un régimen autoritario que convirtió a la “isla rodeada de tierra” de Roa Bastos en el “Paraguay de la Paz y el Progreso de Stroessner”: Treinta y cinco años de autoritarismo, 35 años de lucha emancipadora. En este contexto surgen, a inicios de los ‘60s, en el Paraguay rural, las “Ligas Agrarias Cristianas” (LAC) y en su seno cobra fuerza una trayectoria escolar popular denominada “Las Escuelitas Campesinas”. Escuelas de la comunidad que recuperan el pensamiento de pedagogos paraguayos como Indalecio Cardozo y ponen en tensión las ideas de la “Educación del Pueblo” con las praxis de poner en valor la “intuición pedagógica” como ámbito de construcción comunitaria del conocimiento sobre la formación de los seres humanos. En esta línea, la presente ponencia recupera los testimonios de los protagonistas de las “Ligas Agrarias Cristianas” y teoriza sobre cómo en las “Escuelitas Campesinas” la experiencia pedagógica se transformó en un espacio comunitario de aprendizaje en el contexto de “escuelas sin paredes”. Este proceso de emancipación, desde las aulas y la participación, fue -a inicios de los ‘70s- silenciado desde las estructuras del Estado; mediante la represión violenta, la estigmatización mediática y el aislamiento académico. Pero, silenciosamente alumnos, maestros y familias de las LAC siguieron/siguen construyendo nuevos espacios de educación y emancipación del Pueblo.