Última modificación: 2017-07-17
Resumen
Tanto la obra del pedagogo norteamericano John Dewey como la del educador soviético Antón S. Makarenko son reconocidas por sus aportaciones al campo educativo. Ambos autores vivieron conflictos bélicos en sus respectivos países que derivaron en crisis sociales y económicas. Esta circunstancia explica, en gran medida, su interés por dedicarse a una profunda reflexión acerca del papel de la educación en los procesos de emancipación social y personal. Entre otros aspectos, dicha reflexión involucró proponer e impulsar nuevas prácticas pedagógicas con el fin de modificar la conciencia del hombre con miras a lograr su liberación.
Dewey planteó la necesidad de construir una sociedad democrática, justa y equitativa, cuya base eran los ciudadanos. Makarenko, por su parte, se orientó a pensar en las atributos y cualidades, a través de la educación en el trabajo, que debería poseer el “hombre nuevo”, un sujeto diferente, fuerte con altas concepciones de la ética y de la humanidad, cuya conciencia permitiera la construcción del socialismo y que lo preparara para aspirar a una sociedad comunista.
Bajo esas directrices, la pedagogía de Dewey proponía una perspectiva interdisciplinar que considerara y organizara todas las actividades de la vida cotidiana. Así, la educación debería de impartirse desde la niñez y tendría que motivar el interés natural del niño mediante la investigación de su entorno y de sus inclinaciones. Así, el proceso educativo combinaba la enseñanza con el trabajo, la formación de la personalidad del niño libre de presiones y la participación real de los alumnos en los asuntos escolares, todo lo cual inculcaría los cimientos de la democracia participativa como modo de vida. Por su parte Makarenko, quien estuvo a cargo de dos colonias para niños infractores en los años 20´s, sustentó su propuesta pedagógica en las tesis del colectivismo. Para el educador soviético, la literatura, el trabajo y la disciplina eran los medios para forjar al hombre nuevo. Esta última contempló algunas prácticas semi-militares: el toque de corneta, el saludo militar, los desfiles y la organización de los colonos en destacamentos.
En suma, la importancia de las ideas pedagógicas de ambos autores trascendió sus respectivos países y se difundieron en otras latitudes, como en Europa y Latinoamérica. En este último caso, sus propuestas fueron acogidas en distintos países, logrando incidir en los procesos de emancipación surgidos en el siglo XX.
De ahí que el objetivo del presente trabajo sea revisar la manera en que se apropiaron de las ideas pedagógicas de estos autores en diversos contextos, como es en México y Cuba. En el primero, en los años 20´s, con la conformación del Estado mexicano posrevolucionario, contribuyendo con la transformación de las instituciones educativas, en específico en el programa de las escuelas rurales. En Cuba, en el marco de la construcción del régimen socialista, particularmente en la formación del magisterio cubano y de las normalistas cubanas.